Lo perfecto nos aburre.
Podemos aceptar su éxito, pero les exigimos a la gente que triunfa, un peaje: coquetear con el lado oscuro y demostrar que -aunque solo sea a veces, aunque solo sea un poco- también lo pasan mal.
Oir como les cuesta a los actores enfundarse en su papel, lo mal que lo pasan, cuanto tiempo han quedado atrapados en su propia interpretación, como les ha afectado en su entorno personal, es lo que vende lo que a algunos les reconforta, algo asi como……que se jodan solo faltaría….yo curro un huevo y también lo paso mal. No aceptan aquello de…..soy millonario y feliz.
Los músicos también deben crear su propio escenario. Cuantos han sucumbido en el camino. Cuantos han comentado ….que se joda, se lo pasa bien cantando, va todo el día emporrao, es millonario….que se joda, se lo merecía.
Pero hay que haber estado jodido -jodido de verdad- para sacar emoción y poesía de ese dolor. Además de tener el talento para hacerlo. La diferencia entre Amy Winehouse y otras divas musicales de su tiempo está en que ella sufría más allá de los tres minutos y pico que duraba el videoclip.
Siempre resultó vagamente grotesco que una canción como Rehab (os aconsejo que conozcais la letra y no solo el…no,no,noooo) sonara en bodas y centros comerciales.
La autodestrucción exige constancia y vocación.
Coreando esa canción como si el alcoholismo fuera divertido y comprando revistas que ridiculizaban su machacado aspecto engordamos la banalidad del caso.
Pero esta vez era un grito de socorro. Solo algunos la tomaron en serio en el aspecto de su enfermedad. Si, estaba enferma, quisieron ayudarla, no se hasta que punto, y al final la cuerda se rompió.
Era una mujer peleando de verdad con los fantasmas de su alma, con los demonios del soul, de las drogas y el alcohol.
R.I.P. = Requiescat in pace = Descansa en paz.
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