Alemania ha dado marcha atrás pero el mal ya está hecho.
En pérdida de puestos de trabajo y cientos de millones de euros.
España paga la factura de la frivolidad germana. ¿O era algo más que una sobreactuación en nombre de la salud pública? Dicho sea por el estratégico beneficio de esos terceros que tantas ganas le tienen a los pujantes cultivos del sur de España.
La coartada de la bacteria, era poderosa, con dieciséis muertos sobre la mesa y más de trescientos enfermos de gravedad.
Pero cargarsela a los pepinos españoles con tanta precipitación y escandalosa ignorancia de los protocolos previstos por la normativa europea en este tipo de situaciones, es una vergüenza solo explicable por la enorme distancia que separa a Alemania de España en el cuadro de las relaciones de poder.
No hubieran sucedido las cosas de igual modo si la sospecha hubiera recaído sobre productos agrícolas franceses, por ejemplo. Os imagináis el contraataque de los franceses. Sarkozsy, estoy seguro, que estaría al frente con declaraciones, la Merkel llamándole......pero estoy tonto .......nunca se habrían atrevido con Francia.
Tratándose de España, no valía la pena tomarse la molestia de esperar los resultados de los análisis. No valía la pena concertarse con las autoridades españolas, ni siquiera con las europeas . No valía la pena escuchar a los expertos, reconstruir el seguimiento de las partidas de pepinos en sus distintos pasos (producción, carga, transporte, distribución, venta y consumo) o analizar las partidas, una por una, con distintas fechas, con distintas procedencias.
No. Nada de eso. Lo fácil, lo cómodo, era abrir una irresponsable causa general contra los pepinos españoles para disimular la desidia de las autoridades alemanas ante un serio problema de salud pública.
Nuestra debilidad política respecto a Alemania no sólo es achacable a la desconfianza y menosprecio de los alemanes respecto a los países instalados en la periferia de la recuperación económica. Por supuesto España y su Gobierno han hecho méritos para merecerlo y además durante la crisis del pepino, con una reacción oficial tardía y floja.
La visita al sur andaluz del vicepresidente Rubalcaba, el presidente de la Junta , José Antonio Griñán, y la teórica ministra de Agricultura, Rosa Aguilar debería ser al Parlamento Alemán, o al Parlamento Europeo y donde esta el Presidente Zapatero.........aunque claro con los resultados de las ultimas elecciones, su decisión de no presentarse, los problemas de la ministra Chacón, la estructura industrial , el paro.................mejor que no vayan, no sea que encima se les rían en la cara y tengamos un incidente internacional.
El daño ya está hecho, el golpe a la imagen de España ha sido muy duro, a pesar de que ahora venga la tal Cornelia Storck a decir digo donde dijo diego.
Uyyyyyyyyyyy..................que rabia.
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