Quan he llegit l’article, se m’ha posat “la gallina de piel”, com deia el Johan Cruiff.
Es el que penso.
Em proposava escriure’l a la meva manera però segur que no sortiria, ni anys llum, tan be com el del Jordi Barbeta.
Persona que ames li tenim un carinyo especial, perquè va ser el profe a la Universitat de la meva filla, encara estan en contacte i fa molt de temps que a casa al seguim.
Sense treure ni un punt ni una coma, pasi per aquesta vegada, incloure un article.
El títol…..plas…plas….plas..........vol dir aplaudiments.
El Gobierno racanea 1.450 millones que debe a Catalunya pero inyecta miles de millones para salvar las cajas de ahorros
Artículos | 06/04/2011 - 00:10h
Jordi Barbeta
Seguro que sesudos propagandistas se rasgarán las vestiduras por la falta de rigor que implica a su juicio mezclar churras con merinas y partidas financieras distintas y distantes, pero a mi como contribuyente qué quieren que les diga, con todos los respetos por todo el mundo, me preocupa más la sanidad pública, la enseñanza y los servicios sociales que presta la Generalitat que la conversión de una caja de ahorros en un banco, que, en el mejor de los casos, el Estado acabará malvendiendo a cualquier entidad con sede central en Berlín, Pekín o Abu Dabi.
Si escuchamos al presidente del Gobierno y a la vicepresidenta económica, la solvencia y la credibilidad financiera es una prioridad, porque de lo contrario, los mercados que siguen comportándose como auténticos hijos de la Gran Bretaña nos hundirán.
Se da la circunstancia de que el Gobierno, riguroso no lo ha sido tanto en circunstancias similares cuando en Catalunya gobernaban los suyos. Cuatro días antes de las elecciones catalanas, el ministerio de Economía certificaba que “Catalunya no necesita adoptar medidas adicionales para cumplir con los objetivos de estabilidad fijados”. Es el mismo Gobierno que ha certificado a Andalucía un déficit del 2,99%. Ya es casualidad. Apenas unas semanas después de las elecciones se descubrió la magnitud de la tragedia catalana y ahora dice el secretario de Estado de Hacienda que “no cabe lamentarse por lo que no se hizo antes”, como si con él no fuera la cosa... Y además resulta que cuando el presidente de la Generalitat se llamaba Montilla el Gobierno anticipó el fondo de competitividad que ahora niega con tanta rotundidad al nuevo Govern... Hay que ser amigo de Platón pero más amigo de la verdad.
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