martes, 13 de diciembre de 2011

EL CAMARÓN DE LA ISLA

Comentaristas y políticos europeos reaccionaron con rabia ante la decisión del Reino Unido de no unirse a un pacto de coordinación fiscal y disciplina presupuestaria para solucionar la crisis de deuda de la eurozona, aunque algunos no se sorprenden con la postura del Reino Unido, que ha estado por tanto tiempo al margen del proyecto europeo.

HISTORIA
NOTIFICACIÓN DEL GOBIERNO BRITÁNICO
El 30 de octubre de 1997 el Gobierno británico notificó al Consejo que no preveía adoptar la moneda única el 1 de enero de 1999.

LAS CINCO PRUEBAS ECONÓMICAS
El Gobierno británico anunció que un posible paso a la tercera etapa de la UEM dependerá de una evaluación de cinco pruebas económicas:

       Convergencia de los ciclos económicos: Los ciclos económicos de la zona euro y del Reino Unido deben ser compatibles. Este examen se basará en indicadores económicos como inflación, tipos de interés, divergencia de producción y tipo de cambio efectivo real para garantizar una convergencia a largo plazo.

       Flexibilidad: La economía británica debe ser lo suficientemente flexible para que posibles choques asimétricos puedan ser absorbidos, por ejemplo mediante la flexibilidad y la movilidad del mercado laboral y la política fiscal.

       Inversión: La adhesión del Reino Unido a la moneda única debe a largo plazo promover la inversión (extranjera o interior).

       Servicios financieros: La UEM debe mejorar la posición competitiva del sector de los servicios financieros en el Reino Unido y particularmente de Londres.

       Crecimiento económico, estabilidad y empleo: La UEM debe tener efectos positivos para la tasa de empleo y el crecimiento económico, medidos por los efectos sobre el comercio exterior británico, las diferencias de precios y la estabilidad macroeconómica.

En 2003 Gordon Brown dijo que la economía británica podría crecer gracias a la competencia, pero con todo, todavía sólo se cumplían, dijo,  dos de las cinco condiciones económicas que se fijaron en 1997, de las que depende la entrada de este país en la eurozona, y que no existia la suficiente convergencia de la economía británica con la de los países que comparten la moneda única.
Brown explicó que se había alcanzado el requisito referido al impacto sobre el sector financiero; así como el del control sobre el efecto de la inversión británica y extranjera en Gran Bretaña. Sin embargo, seguian pendientes los puntos de la convergencia entre las economías de la zona euro; el del crecimiento, estabilidad y empleo; así como el asunto de la flexibilidad de la economía británica en relación con la de la euro zona.
Brown agregó que, "debido al riesgo que suponen esos factores, y el hecho de que cualquier cambio dinámico puede llevar tiempo, no podemos estar seguros de que los ciclos económicos del Reino Unido son lo suficientemente compatibles con los de la eurozona como para permitir que el Reino Unido conviva de forma cómoda con sus tipos de interés".

Y que ha pasado en la cumbre de este fin de semana:

Acuerdos de normas: impuestos en común a corporaciones (empresas) y a las transacciones financieras. Sobre este  punto decía  la canciller alemana Ángela Merkel: "Coincidimos todos en que un impuesto sobre las transacciones financieras sería la señal adecuada para demostrar que los mercados tienen que contribuir a la recuperación de las economías".
Y he aquí el meollo del conflicto. Porque el Reino Unido no acepta esa tasa a las transacciones financieras, puesto que la 'city' londinense es el mayor foco financiero de Europa. Lo explicaba así el primer ministro británico David Cameron: "Lo que se ofrecía no corresponde a los intereses británicos y por eso no lo he aceptado".

Pero el presidente francés, Sarkozy, le reprochaba: "Para aceptar una reforma de los Tratados a 27, Cameron ha pedido lo que todos hemos considerado inaceptable, un protocolo en el Tratado que permita eximir a Reino Unido de algunas reglas sobre servicios financieros". Y añadía Sarkozy: "No hemos podido aceptarlo porque consideramos que parte de los problemas del mundo vienen de la desregulación de los servicios financieros".
Por eso, la tasa Robin (impuestos sobre los intercambios monetarios internacionales ideada por el premio Nobel James Tobin ) para frenar la especulación es adecuada para frenar esa burbuja.

Cameron presentó a sus socios unas  prerrogativas para dar su aprobación a una reforma de los tratados de la UE. Un órdago que el resto de líderes europeos no aceptaron y que dejan al Reino Unido fuera de la nueva bóveda normativa europea.
El objetivo de Londres es defender los intereses de su plaza financiera, y por extensión, también europea. Preservar la autonomía de la City ante la presumible reforma financiera que lleva tiempo fraguándose en el seno de la UE.

Las exigencias de Cameron:

       Impermeabilizar a sus bancos de los requisitos de capital establecidos para las entidades financieras de la zona euro (9%). Tras el profundo proceso de nacionalización que vivieron los bancos británicos al inicio de la crisis, Londres no está dispuesto a ceder la batuta y, según apuntan diversos medios ingleses, pretende elevar el umbral marcado por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés).

       La ubicación y reforma del supervisor bancario europeo es otro de los caballos de batalla. Cameron pidió garantías de que la EBA matendrá su sede en Londres.

       Una modificación del sistema de toma de decisiones del organismo, aprovechando su futura reforma y la ampliación de sus poderes. Gran Bretaña ansía pasar de un sistema de mayoría simple a otro de unanimidad para lograr así la decisiva capacidad de veto, la misma que ha bloqueado la modificación de los tratados y ha forzado a Europa a avanzar a través de un pacto intergubernamental.

       Eliminar del debate la tasa sobre transacciones financieras es otra de la obsesiones en la City. Un fantasma que se agrandó desde que Francia y Alemania anunciaran en agosto un decidido impulso a la conocida como 'tasa Tobin'.

       La ubicación de otras importantes instituciones financieras. El Banco Central Europeo ha propuesto que las operaciones de la cámaras de compensación y liquidación se lleven a cabo en territorio de la eurozona, al tratarse de operaciones denominadas en euros. Ante el bloqueo del mercado interbancario, estas entidades son junto al BCE uno de las pocas vías de financiación a corto plazo para los bancos europeos. Actualmente, más de la mitad de estas operaciones se realizan en Londres y la aplicación de la propuesta del BCE supondría pérdidas multimillonarias para la City.

La madrugada del viernes, David Cameron compareció en rueda de prensa para justificar su negativa a formar parte de la nuevo proyecto europeo. Afirmó que las condiciones del acuerdo son "inaceptables" para Londres y declaró estar "contento de no estar en el euro", una moneda común a la que su país no se va a unir "nunca". Hoy defenderá su decisión ante el Parlamento británico.

Hay muchas cosas que amo del Reino Unido que son imposibles de enumerar todas pero entre ellas:

"Desde el concepto del habeas corpus hasta la BBC, desde la poesía isabelina hasta John le Carré, William Shakespeare , desde el rock a la invención de los sesenta, los Béatles, la invención del fútbol moderno y del waterpolo – deporte en el que fui olímpico y me hermano y sobrino campeones olímpicos, desde los conciertos primaverales de Londres, Wimbledon, pasando por Liverpool FC, el speaker corner……..tantas cosas apreciamos del otro lado del Canal de la Mancha.................................................pero Alemania, Francia y la mayoría de los otros miembros de la UE tenían razón, en la madrugada del viernes 9 de diciembre, al decirle No a Londres".

 

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