sábado, 5 de noviembre de 2011

SUSPENDIDOS



Hay que leer….hay que investigar….hay que informarse…..y luego hay que actuar con sentido de responsabilidad ante los hechos acontecidos, frente a un futuro incierto…..pero que hay que luchar con todas nuestras fuerzas…..no hay que darse por vencido….nunca……hasta el último aliento voy a luchar.






Los líderes políticos y sindicales parecen más interesados en sus propios puestos de trabajo que en la defensa de los intereses de las clases medias y trabajadoras.

Nunca se habían perdido derechos sociales a la velocidad que se han perdido con Rodríguez Zapatero. La gesticulación demagógica, la proliferación de cheques, la promesa de "dicha sin fin" para todos los sectores y para todo el mundo han sido el preludio de la degradación de la sanidad, de la educación y de los servicios sociales. El último ejemplo es el de las cajas de ahorro, un patrimonio de las clases medias que la izquierda ha dejado arruinar para satisfacción de la gran banca.

Hacen demagogia de los recortes de derechos laborales, de las pensiones y de los servicios que ellos han recortado más que nadie.

Dicen que hay otros caminos para salir de la crisis, pero no explican porqué ellos no los tomaron mientras mandaban.

Dicen que no hay que recortar, pero no explican cómo pagaremos las deudas y los intereses que ellos han firmado. Los hay que van más allá y hablan de no pagar, de dejar el euro, o de dejarse intervenir; pero no dicen cómo aguantaremos si nos marchamos del sistema, ni cómo pagaremos servicios y funcionarios cuando ya nadie nos deje dinero, porque todavía gastamos más de lo que producimos.

La sociedad está dispuesta a todo para defender el bienestar: a trabajar aún más, a aceptar copagos, y a sufrir recortes. Todo, a cambio de salvar el sistema, pero con algunas condiciones:

       Que se empiece a luchar contra el fraude fiscal (puede superar los 50.000 millones) que la izquierda no combatió mientras gobernaba.
       Que se persiga la economía sumergida, a veces estimulada por una sobresaturación de normas.
       Que de una vez por todas se frenen los abusos tolerados en el gasto público.

Un ejemplo, pequeño pero simbólico: es evidente que en Catalunya el Govern de Artur Mas no ha hecho bien el control de la renta mínima de inserción y ha perjudicado a mucha gente desesperada, pero a la izquierda debería caerle la cara de vergüenza una vez se ha descubierto que había un veinte y cinco por ciento de fraude en el cobro de este subsidio. Este es dinero robado directamente a la gente sencilla que con su esfuerzo aguanta el bienestar de toda la sociedad.

Hablemos claro: aquí no pagan impuestos ni los privilegiados ni los antisistema; aquí sólo pagan las clases trabajadoras y las clases medias. Haría falta que líderes políticos y sindicales se dieran cuenta de ello. Me temo que no lo hacen porque están defendiendo intereses individuales  por encima de los intereses colectivos.
  
       Podrían afrontar la campaña reconociendo los errores.
       Podrían ayudar a practicar los recortes que sean imprescindibles para salir del agujero.
       Podrían reasumir con orgullo los valores que emanciparon a los trabajadores.
       Podrían construir un proyecto socialdemócrata de relanzamiento de la economía con equilibrio público-privado.
       Podrían afrontar con más valentía la lucha contra las desigualdades.

No lo harán. Se quedarán con la demagogia que les puede dar los votos  para perpetuarse en los parlamentos.

Con su demagogia harán buenos a los gobiernos de la derecha, legitimarán los recortes sin contrapesos y acabarán condenando a las clases populares.

Son los peores líderes de la izquierda en muchas generaciones.

El juicio de la historia será implacable.


Extracto del brilante articulo de Rafael Nadal en la Vanguardia

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