La crisis ha sido desde el principio una gigantesco bloff.
Ninguno de los llamados programas de ajuste que se han impuesto en los últimos cuatro años tiene justificación en la presunta naturaleza de los asuntos económicos.
Todas y cada una de las medidas que se vienen aplicando, y que se querrán aplicar en los próximos años —flexibilización y precarización de los mercados de trabajo, estrechamiento del derecho a una pensión digna, privatizaciones—, no están dirigidas tanto a salvar una situación económica que ha dejado ya a más de 30 millones de europeos sin acceso a una renta regular, como a reforzar los intereses de las élites financieras del continente.
En este sentido, la intuición de los movimientos europeos es del todo certera, «Nos están robando», «No pagaremos la crisis». A la hora, no obstante, de entender con algo más de profundidad de qué modo y por qué las élites económicas y la clase política europea están gestionando de esta forma la crisis, y sobre todo, a la hora de reconocer algunas preguntas que esta situación lanza a los movimientos europeos —y que seguramente ya no pasen por ninguna de las soluciones convencionales de la izquierda: empleo, cambio de modelo productivo, racionalización financiera, etc.—, es preciso analizar, al menos, tres grandes problemas.
1) La actual forma del capitalismo tiene poco o nada que ver con los viejos modelos basados en la producción —de bienes y servicios— que todavía manejan la mayor parte de los economistas: nuestro tiempo es el de la financiarización y el gobierno del beneficio financiero.
2) La actual fase de la crisis, la de la deuda soberana, que encamina a algunos países europeos a la bancarrota, es un resultado por completo arbitrario, derivado de unas políticas monetarias y una arquitectura institucional que funciona sólo en provecho de los grandes agentes financieros del continente. ( y del mundo)
3) En esta crisis están en juego todos los equilibrios sociales, políticos y económicos de la Unión Europea. Estamos asistiendo, en efecto, al más poderoso ataque que hayamos conocido al Estado «social»; y lo que es aún más intrigante, a la amenaza, cada vez más real, de una posible involución suicida del proyecto europeo.
El listado de víctimas políticas de la crisis de deuda en la Eurozona no para de crecer.
Desde el ex primer ministro irlandés, Brian Cowen, pasando por el portugués José Sócrates, el griego Giorgos Papandreu, o el actual jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, la crisis de deuda en Europa sigue teniendo consecuencias en política interna.
Desde el ex primer ministro irlandés, Brian Cowen, pasando por el portugués José Sócrates, el griego Giorgos Papandreu, o el actual jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, la crisis de deuda en Europa sigue teniendo consecuencias en política interna.
Cowen arrojó la toalla cuando su país tuvo que ser rescatado en noviembre del año pasado por
En Eslovaquia, la ex primera ministra de centroderecha Iveta Radicova, perdió en octubre el apoyo de sus socios liberales de coalición en una votación crucial sobre el Fondo Europeo de Estabilización Financiera. A pesar de que en principio sus aliados estaban a favor de una ampliación del fondo, votaron en contra y con ello provocaron la caída de Radicova.
Silvio Berlusconi es la última “víctima” de la crisis de deuda: tras perder la mayoría absoluta en el Parlamento, ha dimitido, aplicando antes las reformas estructurales que prometió a Bruselas.
España no es una excepción. Con una tasa de desempleo que roza el 22% y la amenaza de una nueva recesión para 2012, el Socialismo Obrero Español de José Luis Rodríguez Zapatero sufrirá previsiblemente una severa derrota en las elecciones del próximo 20 frente a los conservadores del Partido Popular. Los analistas coinciden en que el fuerte deterioro de la economía española pasará una dura factura a los socialistas.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, tiene un nivel de respaldo popular muy bajo. Tras la aprobación de nuevas medidas de ahorro para 2012, con el “presupuesto más austero desde
El fin de la democracia
La llegada al gobierno de presidentes no electos pone de manifiesto la gravedad de la enfermedad que sufre la democracia.
La causa, dicen, es la crisis económica................................ discutible. Son los mercados los que hacen caer gobiernos y designan presidentes: discutible.............................. también.
La causa, dicen, es la crisis económica................................ discutible. Son los mercados los que hacen caer gobiernos y designan presidentes: discutible.............................. también.
Son gobiernos los que hacen caer gobiernos, son los intereses de unas naciones sobre otras, sus miedos, su pánico ante los riesgos.
En el caso de Grecia, no sólo el presidente no la han elegido los griegos sino que Europa (¿Qué es Europa?) Pide a los partidos un compromiso por escrito que no actuarán según los dictados de sus conciencias e ideales, según el mandato popular, sino de acuerdo con las instrucciones recibidas. Los presidentes designados, por tanto, ni siquiera estarán controlados por los parlamentos sino que los parlamentos están controlados por quien ha designado el presidente.
En el caso de Grecia, no sólo el presidente no la han elegido los griegos sino que Europa (¿Qué es Europa?) Pide a los partidos un compromiso por escrito que no actuarán según los dictados de sus conciencias e ideales, según el mandato popular, sino de acuerdo con las instrucciones recibidas. Los presidentes designados, por tanto, ni siquiera estarán controlados por los parlamentos sino que los parlamentos están controlados por quien ha designado el presidente.
Todavía tengo en la memoria las preguntas del Sr. Rubalcaba al Sr. Rajoy en el debate.....díganos Sr. Rajoy va usted a subir el IVA.
Que gran oportunidad perdida por Rajoy porque era para contestar...........Sr. Rubalcaba yo haré lo que.......me manden al igual que lo haria usted si fuera Presidente del Gobierno.
Las culpas están muy repartidas: los intereses desestabilizadores de los mercaderes de dinero, la ineptitud de algunos gobernantes, la ligereza de muchos ciudadanos a la hora de elegir sus líderes y, en los últimos tiempos, un nacionalismo lacerante que vela por los intereses de unas naciones sobre otras y no por el bien de los ciudadanos. ¿Quién ha salido beneficiado del cambio de gobierno en Grecia? ¿Los ciudadanos griegos? No. La prima de riesgo alemana.
Urge un cambio de prioridades. El gran problema al que nos enfrentamos no es la crisis económica sino el peligro de muerte de la democracia. Es exigible que los líderes políticos dejen de ser títeres de intereses diferentes a los de la ciudadanía que los ha elegido.
No es verdad que Europa viva la peor situación desde
TENGO CONFIANZA EN EL FUTURO DE LOS JOVENES,
PARA QUE REALIZEN EL CAMBIO NECESARIO Y
NECESITAMOS JOVENES PREPARADOS PARA LA POLITICA
........otro dia hablaremos de ello.
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