La solución en la Cumbre de Bruselas significó el triunfo de un enfrentamiento global en torno a una estrategia de como gestionar la crisis y por enfrentar la contracción y el desempleo.
Triunfó la tesis alemana - francesa que postula que la pérdida de confianza de los mercados en el euro, así como el nivel de endeudamiento de la Europa mediterránea, se reestructuran restituyendo la disciplina fiscal y limitando la capacidad de respaldo e intervención directa del BCE en el mercado de bonos soberanos y en la capitalización del sistema financiero.
La reacción de Obama fue de crítica y de decepción. Para el Gobierno de EE.UU. la crisis no se enfrenta con ajuste y contracción, se ataca, y así lo hizo el Tesoro y la FED , con un "bazooka" de inyección monetaria, proveyendo toda la liquidez que sea necesaria para compensar la contracción de demanda generada por el congelamiento del crédito, el pánico del consumidor y el desempleo.
Obama teme que la recesión en Europa y la crisis de su sistema financiero generen un contagio de impacto global que frene los signos de recuperación que muestra la economía de EE.UU., justamente en un año en que se juega su reelección.
Merkozy responde que la estrategia norteamericana compromete el bienestar de futuras generaciones debido al nivel de endeudamiento y déficit que genera una política monetaria expansiva, además del riesgo inflacionario, en la medida en que la recuperación económica se consolide.
Los próximos meses, y quizás los próximos años, serán decisivos para saber quién tiene la razón en esta evidente diferencia de enfoque en la gestión de la crisis.
Surge un gran interrogante: ¿es sensato aplicar políticas de ajuste fiscal severas sobre escenarios económicos, sociales y políticos caracterizados por una fuerte contracción y un extendido desempleo como es el caso de Italia y España? ¿Es sensato pensar que puede lograrse una reducción simultánea y sustancial del gasto y la deuda pública en un escenario dominado por la desconfianza y la retracción?
Se multiplican por toda Europa el descontento y la protesta social. ¿Durante cuántos meses o años resistirán los gobiernos esta creciente indignación popular?
Ahora el Banco de España acaba de poner el sello oficial. Las nuevas previsiones en España llevan el retroceso estimado del PIB al 1,5% en 2012. La recaída habría comenzado en el último trimestre del año pasado, y sus efectos sobre una economía ya debilitada se prolongarán a 2013, año para el que se augura un crecimiento raquítico, del 0,2%.
A la debilidad de la demanda privada y la restricción del crédito se suma de forma creciente el ajuste fiscal. El resultado es que la economía española volvió a contraerse entre octubre y diciembre del año pasado (-0,3% en tasa trimestral), lo que reduciría el crecimiento promedio de 2011 al 0,7%.
El Banco de España no cree que el PIB refleje variaciones positivas hasta el arranque de 2013, con lo que la recesión, que comenzó en el último trimestre del pasado ejercicio, se extendería durante todo este año. La nueva recesión sería "una confluencia del proceso de ajuste del sector privado con el del sector público".
El enorme ajuste fiscal hará más profunda la recesión, según los objetivos presupuestarios pactados con Bruselas, que implican bajar el déficit del 8,3% del PIB (según la última estimación del Gobierno) al 4,4% previsto para 2012 en un solo año.
Un empeño del que ha vuelto a dudar este fin de semana el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que reclama ya abiertamente un escenario "realista" a la Comisión Europea.
El ajuste se notará en el gasto público, pero algunas medidas, como la subida del IRPF anunciada por el Gobierno del PP, tendrán su impacto en la renta disponible de los consumidores.
La recesión tendrá un impacto apreciable sobre el empleo, el principal indicador del deterioro de la economía española. Se destruirá medio millón de puestos de trabajo este año (una caída del 3), lo que impulsará la tasa de paro por encima del 23%. La creación de empleo se vuelve a retrasar al segundo semestre de 2013, pero no será suficiente para compensar lo que se perderá en la primera mitad del próximo año.
Pero pensando en todos estos temas hay uno que se me escapa…………es el tiempo, la velocidad.
¿Cuál es el motivo por el que tengamos que llegar a Enero 2014 con un déficit del 3% y una Deuda sobre el PIB del 60%?
¿No se pueden alargar los plazos y así los ajustes no serian tan dolorosos y la economía no se resentiría tanto?
Alguna vez, ya lo he mencionado, estamos en un club en que hay corredores que no podemos ir a su ritmo y si nos obligan nos lesionaremos……………...o tiraremos la toalla por imposible.
¿Para cuando una propuesta conjunta para alargar plazos?
Y que nos expliquen los más rápidos los motivos.
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