martes, 2 de agosto de 2011

USA -- ¿SUBIR IMPUESTOS?

Una vez alcanzado el acuerdo para subir el techo de la deuda pública estadounidense, todo parece solucionado, pero nada más lejos de la realidad. El problema de la deuda pública de EEUU no ha sido nunca un problema de solvencia, sino de ingresos, es decir, de crecimiento.

Durante el mes de julio se ha conocido el dato de crecimiento del PIB de EEUU correspondiente al segundo trimestre de 2011, que cierra con el dato provisional en el 1,3% anualizado, muy por debajo de lo esperado por el consenso del mercado (1,8%), y añade una revisión a la baja del dato del primer trimestre hasta el 0,4%, desde el 1,9% anterior, lo que contrasta fuertemente con el dato del cuatro trimestre de 2010, con el que la economía norteamericana cerraba el año con un crecimiento anualizado del 3,1% lo que dificulta enormemente la recuperación del empleo y hace poco creíble la explicación del Tesoro estadounidense y la Reserva Federal atribuyendo la revisión del primer trimestre a factores coyunturales como el impacto del terremoto de Japón en la cadena de producción global y el incremento del precio del petróleo en el mercado doméstico.

Uno de los elementos más preocupantes de este dato, dada la obligada política de contracción del gasto público que debe seguir la Administración Obama, es que unos de los parámetros que han impulsado el crecimiento durante este segundo trimestre del año es la partida de gastos del Gobierno federal, con un incremento del 2,2%; lo que incluye un incremento del 7,9% de la partida de Defensa, siendo ésta la que previsiblemente más ajuste experimente a corto plazo dentro del acuerdo de reducción del déficit público para el incremento del techo de deuda, crecimiento durante este segundo trimestre que ha compensado la caída provocada por los fuertes ajustes de la inversión pública de los gobiernos locales y estatales.

Consumo deprimido
Otro de los factores de fuerte preocupación es la caída en la tasa de crecimiento del consumo personal, que sólo creció un 0,1% frente al avance de un 2,1% experimentado durante el primer trimestre del año, lo que hace coherente la fuerte caída en el crecimiento de las importaciones de bienes y servicios, que creció un 1,3% durante el segundo trimestre, frente al 8,3% del primero, y que se puede relacionar con el incremento de la tasa de desempleo que con el dato de junio alcanza el 9,2%, lo que supone más de 14 millones de desempleados y el tercer dato de empleo consecutivo negativo, después de dos años de creación de empleo neto desde el máximo del 10,1% de desempleo alcanzado en octubre de 2009 y hasta marzo de 2011, que con un 8,8% de desempleo se alcanza un nuevo punto de inflexión en la evolución de este parámetro.

Con un panorama como este, en el que vemos cómo después de que las cuentas públicas consiguieron una ligera recuperación en 2010 hasta un 8,9% del PIB–, todo parece indicar que el déficit público se situará durante el ejercicio 2011 en el 10,9% del PIB, achacable, según la Oficina Presupuestaria del Congreso, principalmente a la fuerte debilidad de los ingresos.

Así, el efecto de contracción de la demanda interna que un acuerdo como el alcanzado en un momento en el que la economía norteamericana muestra no sólo síntomas de agotamiento, sino de previsible estancamiento, la deja a expensas de una demanda exterior donde las exportaciones estadounidenses se han aprovechado hasta ahora la debilidad del dólar, pero que podría revertirse si otros contornos económicos como el euro siguen dentro de la fuerte incertidumbre vivida durante los últimos meses, provocando un nuevo fly to quality hacia el dólar; lo que llevaría a su apreciación y, con ello, un posible impacto adicional de carácter contractivo por la vía de la demanda externa, con la consiguiente caída adicional de ingresos públicos.

Puede ser que la puerta abierta en el acuerdo desde la Casa Blanca para poder subir los impuestos en el futuro sea la única puerta de esperanza, porque reducir los gastos sólo va a estrangular más a una economía que no termina de despegar.

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