Los
Telediarios de las diferentes cadenas y los medios de comunicación en general
repiten en las últimas semanas el mensaje de que la economía está mejorando, un
discurso con el que también insisten desde el Gobierno y otros frentes
económicos. Sin embargo, ante esta narración de la actualidad, la respuesta y
sensación de una parte importante de la población es: "pues yo no noto
nada".
¿Por qué se
produce este fenómeno? ¿Dice todo el mundo la verdad? La respuesta es que
efectivamente, todos tienen un poco razón. Por un lado, es una realidad
que la economía está mejorando. Hay cifras que así lo demuestran se espera que en las próximas publicaciones del Producto
Interior Bruto (PIB) llegue el primer dato positivo (en tasa trimestral) en
muchos meses. Esto, junto a otros datos como el del empleo, permite al Gobierno
decir que la economía está mejorando sin poder ser desmentido.
Sin embargo,
la población no nota esa mejoría macroeconómica. El motivo lo encontramos
en que los componentes del PIB que están ayudando a esa recuperación son
ratios alejados de la economía del ciudadano.
El PIB se
compone principalmente de consumo, inversión, gasto público y sector
exterior. Y es precisamente este último apartado el que más está
aportando a la recuperación de la economía española. En general, las
empresas cuya principal actividad sea la exportación están consiguiendo una
mejora clara de sus cuentas, gracias a la mejora de competitividad y a la mejor
salud económica de la que ya gozan otros países.
Sin
embargo, el consumo, sigue sin mejorar y según
las previsiones aún tardará unos trimestres en hacerlo. Por ello, el
ciudadano de a pie no nota una mejoría en su bolsillo, no puede gastar más,
en muchos casos ingresa menos y numerosos trabajadores incluso están en la cola
del paro. Por esta razón, los ciudadanos e incluso la pequeña empresa que
depende de la demanda nacional para salir adelante (restaurantes, pequeños
comercios, etc) siguen atravesando momentos delicados sin que perciban esa
mejoría de la que habla en otros círculos.
Estos son los
motivos por los que los ciudadanos y muchas empresas también pueden afirmar
-sin ser tampoco desmentidos- que su economía no nota la mejoría que aparece en
los medios de comunicación y en las declaraciones del Gobierno.
La mejoría de
la economía no está entrando de una forma uniforme a todos los estratos, sino
que ha empezado por las empresas, principalmente las exportadoras. Es de
esperar, según las previsiones, que la buena salud se vaya extendiendo poco a
poco, igual que el empeoramiento empezó por el sector inmobiliario y luego
acabó llegando a todos los rincones. Tendremos que esperar un poco más, pero
los ciudadanos acabaremos notando la recuperación de la que ya gozan algunas
partidas económicas.
POR QUÉ NO
NOTO NADA
La inversión empresarial ya está casi en positivo. Es decir, el ciudadano aún está apretándose el bolsillo cuando el agregado de empresas está a punto de incrementar sus inversiones, un signo de mejora de su salud.
También el desapalancamiento del sector financiero (bajada de su deuda) hace que actualmente haya menos dinero disponible que antes para prestar. Por otro lado, también las empresas están reduciendo sus créditos en vez de aumentarlos, utilizando el dinero disponible que tienen para amortizar deudas, sin que tampoco llegue a la economía del ciudadano.
La inversión empresarial ya está casi en positivo. Es decir, el ciudadano aún está apretándose el bolsillo cuando el agregado de empresas está a punto de incrementar sus inversiones, un signo de mejora de su salud.
También el desapalancamiento del sector financiero (bajada de su deuda) hace que actualmente haya menos dinero disponible que antes para prestar. Por otro lado, también las empresas están reduciendo sus créditos en vez de aumentarlos, utilizando el dinero disponible que tienen para amortizar deudas, sin que tampoco llegue a la economía del ciudadano.
Por último,
el principal indicador de la crisis española, el paro, ha puesto freno a su
caída, pero sin que ello suponga que la gente se haya puesto a trabajar. Se
estima que la tasa de paro empezará a bajar tanto en un escenario optimista
como pesimista, sin embargo, lo hará de una forma lenta y tendrán que pasar
años para que el desempleo descienda del 15 o el 20%. Esto hace que para muchos
desempleados, la afirmación "yo no noto nada" cobre más sentido aún.
Todo esto
provoca la dualidad de opiniones a la que asistimos actualmente, porque
dependiendo del dato que utilicemos para medir la mejora de la economía, se
extraen diferentes conclusiones, todas ellas ciertas.
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