viernes, 25 de octubre de 2013


El cambio de hora, un supuesto ahorro que no convence a todos

Dos veces al año, los europeos estamos obligados a adelantar y atrasar los relojes para gastar menos en iluminación. La idoneidad del cambio de hora está avalada por varios estudios de la Comisión Europea, y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) estima que, sólo en España, puede ahorrar hasta 300 millones de euros. Sin embargo, son muchas las organizaciones que cuestionan su eficacia.

¿Sirve realmente para algo que movamos las agujas del reloj? El cambio de horario, tal como hoy lo conocemos, se remonta al año 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo. Entonces, algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz solar.

La primera norma publicada se remonta a abril de 1918"como medio de conseguir el ahorro de carbón".

Poco después, en 1981, se aplicaba ya como directiva en toda la UE.

La decisión de adelantar la hora oficial durante los meses con más horas de luz se ha adoptado en varias ocasiones en España desde las primeras décadas del siglo XX. La primera norma publicada al respecto se remonta a abril de 1918, cuando se modificó la hora oficial "como medio de conseguir el ahorro de carbón". Posteriormente, se aprobó el horario de verano mediante órdenes del Consejo de ministros. Tenía una vigencia anual, pero su frecuencia era irregular e intermitente, hasta que en el periodo comprendido entre 1950 y 1973 esta práctica fue abandonada por completo.

Hasta 300 millones de euros

Según un estudio realizado por la Comisión Europea en 1999, esta medida tiene impactos positivos sobre el ahorro y beneficia a sectores como el transporte y las comunicaciones, a la seguridad vial, las condiciones de trabajo, la salud, el turismo y el ocio. Pero, ¿en qué medida nos ayuda a ahorrar?

La ONG ecologista WWF que considera que no tiene ningún impacto sobre el ahorro y la eficiencia. Cuando en otoño se retrasa el reloj, las empresas y familias que madrugan necesitan una hora menos de iluminación por lo que, si son negocios de horario matutino, el ahorro existe. Sin embargo, las familias se encontrarán con que la oscuridad llega a sus casas una hora antes de lo habitual, y gastarán por la tarde esa hora de iluminación ahorrada por la mañana.

Según el IDAE, dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el potencial de ahorro en iluminación en España puede llegar a representar un 5% de nuestro consumo eléctrico, lo que equivale a unos 300 millones de euros. De esa cantidad, 90 millones corresponden al potencial de los hogares, y suponen unos seis euros por hogar. Los 210 millones de euros restantes se ahorran en los edificios del sector servicios y en la industria.

Meridianos

En 1897, en la primera conferencia mundial sobre horarios, en Washington, donde participaron 22 países, se dividió el mundo en 24 meridianos. A Europa le correspondieron dos: el que pasa por Berlín y el que pasa por Londres. Y nosotros estamos más cerca de Londres que de Berlín, por ello nos corresponde el mismo meridiano y la misma hora que tienen Canarias, Portugal e Inglaterra.

Curiosidades históricas

A lo largo del tiempo pero existen muchas curiosidades y excepciones a esta regla general.
Los años 1920, 1921, 1922, 1923, 1925 y del 1930 al 1936 no se realizó cambio alguno en el horario. Durante la Guerra Civil Española, además del caos que se vivió entonces, los relojes también tuvieron bastante ajetreo. Existían diferentes cambios para la Zona Republicana o para la Zona Nacional. Así por ejemplo, en 1938, los republicanos sumaron 1 hora a el 2 de abril, luego 28 días más tarde, le sumaron otra hora más, mientras que la Zona Nacional, lo hizo el 26 de marzo. Imaginemos la locura que conllevaba pasar de un bando a otro, o realizar encuentros en distintas zonas del país.

También es curioso citar el caso del fin de la guerra, ya que la Zona Republicana empezó el año con 1 hora de adelanto, que volvió a recuperar el 1 de abril, cuando terminó oficialmente la Guerra Civil.

Los años 1941, 1947, 1948 y el período entre 1950 y 1973 tampoco tuvieron cambio de horario de verano.

¿ Donde nació el cambio de horario de verano ?


Fue el constructor inglés William Willett en 1905 quien concibió el horario de verano durante un paseo a caballo previo al desayuno, cuando sorprendió pensando cuántos londinenses dormían durante la mejor parte de un día de verano. Muy aficionado al golf le disgustaba acortar su recorrido en el crepúsculo.

Dos años más tarde publicó su propuesta, pero su idea no se aplicó inmediatamente. Alemania sus aliados, y otras zonas ocupadas fueron los primeros países europeos en emplear el horario de verano, que se aplicó por primera vez el 30 de abril de 1916. Muchos países beligerantes y neutrales de Europa les siguieron (como España), pero Rusia y otros países esperaron al año siguiente, y los Estados Unidos no lo hicieron hasta 1918. Desde entonces y como se ha especificado anteriormente, se han producido muchas propuestas, ajustes y revocaciones.

Dos Casos

Caso 1: ¿Qué sucedería si no retrasamos una hora los relojes a finales de octubre?
Para entenderlo, lo mejor es irse a los extremos. En diciembre, cuando más larga es la noche, en el centro de la península amanece entre las 8-8:30. Si no hiciéramos el cambio de hora de octubre, esto sucedería una hora más tarde, 9-9:30.
Por la tarde, en diciembre, es de noche alrededor de las 17:30-18:00. De no hacer el cambio de octubre, anochecería una hora más tarde, a las 18:30-19:00
En este caso, es difícil defender que se ahorre energía en un caso o en el otro. El aprovechamiento de las horas es similar. Si en la situación actual las horas de luz son entre las 8:30 y las 17:30, pasarían a ser entre las 9:30 y las 18:30

Caso 2: ¿Qué sucedería si no adelantamos una hora los relojes a finales de marzo?
Volvamos a los extremos. En junio-julio, cuando más corta es la noche, en el centro de la península amanece hacia las 6 de la mañana. Si no hiciéramos el cambio de hora de marzo, esto sucedería una hora antes, alrededor de las 5 de la mañana.
A cambio, si ahora oscurece entre las 22:30-23:00, anochecería una hora antes, entre las 21:30-22:00.
Ahí está el ahorro. Aprovechamos por la tarde una hora de luz que, de otra manera, se perdería por la mañana, cuando hay poca gente despierta.

En definitiva  “diversidad de opiniones” y puedes apuntarte a la que mas te guste pero la verdad es que buscando los análisis de la unión europea he obtenido pocas conclusiones.

Os dejo un link, para mi, muy esclarecedor del tema.

Por qué el Telediario dice que la economía mejora, pero yo no noto nada?

  
Los Telediarios de las diferentes cadenas y los medios de comunicación en general repiten en las últimas semanas el mensaje de que la economía está mejorando, un discurso con el que también insisten desde el Gobierno y otros frentes económicos. Sin embargo, ante esta narración de la actualidad, la respuesta y sensación de una parte importante de la población es: "pues yo no noto nada".
¿Por qué se produce este fenómeno? ¿Dice todo el mundo la verdad? La respuesta es que efectivamente, todos tienen un poco razón. Por un lado, es una realidad que la economía está mejorando. Hay cifras que así lo demuestran se espera que  en las próximas publicaciones del Producto Interior Bruto (PIB) llegue el primer dato positivo (en tasa trimestral) en muchos meses. Esto, junto a otros datos como el del empleo, permite al Gobierno decir que la economía está mejorando sin poder ser desmentido.
Sin embargo, la población no nota esa mejoría macroeconómica. El motivo lo encontramos en que los componentes del PIB que están ayudando a esa recuperación son ratios alejados de la economía del ciudadano.
El PIB se compone principalmente de consumo, inversión, gasto público y sector exterior. Y es precisamente este último apartado el que más está aportando a la recuperación de la economía española. En general, las empresas cuya principal actividad sea la exportación están consiguiendo una mejora clara de sus cuentas, gracias a la mejora de competitividad y a la mejor salud económica de la que ya gozan otros países.
Sin embargo, el consumo, sigue sin mejorar y según las previsiones aún tardará unos trimestres en hacerlo. Por ello, el ciudadano de a pie no nota una mejoría en su bolsillo, no puede gastar más, en muchos casos ingresa menos y numerosos trabajadores incluso están en la cola del paro. Por esta razón, los ciudadanos e incluso la pequeña empresa que depende de la demanda nacional para salir adelante (restaurantes, pequeños comercios, etc) siguen atravesando momentos delicados sin que perciban esa mejoría de la que habla en otros círculos.
Estos son los motivos por los que los ciudadanos y muchas empresas también pueden afirmar -sin ser tampoco desmentidos- que su economía no nota la mejoría que aparece en los medios de comunicación y en las declaraciones del Gobierno.

La mejoría de la economía no está entrando de una forma uniforme a todos los estratos, sino que ha empezado por las empresas, principalmente las exportadoras. Es de esperar, según las previsiones, que la buena salud se vaya extendiendo poco a poco, igual que el empeoramiento empezó por el sector inmobiliario y luego acabó llegando a todos los rincones. Tendremos que esperar un poco más, pero los ciudadanos acabaremos notando la recuperación de la que ya gozan algunas partidas económicas.
 
POR QUÉ NO NOTO NADA
La inversión empresarial ya está casi en positivo. Es decir, el ciudadano aún está apretándose el bolsillo cuando el agregado de empresas está a punto de incrementar sus inversiones, un signo de mejora de su salud.

También  el desapalancamiento del sector financiero (bajada de su deuda) hace que actualmente haya menos dinero disponible que antes para prestar. Por otro lado, también las empresas están reduciendo sus créditos en vez de aumentarlos, utilizando el dinero disponible que tienen para amortizar deudas, sin que tampoco llegue a la economía del ciudadano.

Por último, el principal indicador de la crisis española, el paro, ha puesto freno a su caída, pero sin que ello suponga que la gente se haya puesto a trabajar. Se estima que la tasa de paro empezará a bajar tanto en un escenario optimista como pesimista, sin embargo, lo hará de una forma lenta y tendrán que pasar años para que el desempleo descienda del 15 o el 20%. Esto hace que para muchos desempleados, la afirmación "yo no noto nada" cobre más sentido aún.

Todo esto provoca la dualidad de opiniones a la que asistimos actualmente, porque dependiendo del dato que utilicemos para medir la mejora de la economía, se extraen diferentes conclusiones, todas ellas ciertas.