miércoles, 20 de junio de 2012

Se perfectamente que es largo, pero que muy largo....
pero luego no me digais que no sabeis que esta pasando.



Estamos viviendo unas  jornadas  de infarto. La rentabilidad del bono español con respecto al alemán superó el 7% y marco un nuevo récord, mientras que la prima de riesgo pulverizó los 580 puntos básicos. Los mercados están penalizando a España cuando hace unos meses, concretamente en septiembre, estaba instalada en los 350 puntos básicos, vivía menos ataques que la italiana y el Tesoro tenía una posición relativamente cómoda.
 
¿Qué es lo que ha pasado?
España estaba llevando a cabo reformas en la dirección correcta, pero en los últimos tiempos ha tenido gestos de independencia que no han gustado nada en Europa y que ponen en duda el compromiso de España con la austeridad.
En primer lugar,la rueda de prensa de Mariano Rajoy, tras la reunión del Eurogrupo, en la que anunció de forma unilateral que el objetivo de déficit para este año se situaría en el 5,8%, frente al 4,4% anterior, lo que se traducía en 12.000 millones.
Finalmente, Bruselas aceptó bajar el déficit al 5,3%, cinco décimas menos de lo que quería Rajoy, pero casi un punto más de lo acordado, y que implicaba 5.000 millones más de ajuste.
No es la primera vez que Rajoy se enfrenta a las críticas desde Bruselas. Cuando llegó al Gobierno aprobó una subida del IRPF y de impuestos indirectos que no contaron con el apoyo de Bruselas.
En ese sentido, la Comisión Europea ha aseguraba que estas medidas iban "en la dirección contraria" a las recomendaciones de la UE y reclamó la supresión de la deducción por vivienda que ha reintroducido el PP, recordando que contribuyó a crear la burbuja inmobiliaria.
El capítulo de fiscalidad e impuestos fue el que recibió una nota más negativa en la evaluación que realizó del Ejecutivo comunitario de las reformas emprendidas por el Gobierno español. "España no ha tomado ninguna medida para aplicar la recomendación" formulada por la UE el año pasado de revisar la eficacia de su sistema tributario, lamenta el informe de la Comisión.
"Por el contrario, los recientes aumentos temporales en los impuestos indirectos, introducidos el 30 de diciembre de 2011, van en la dirección contraria a la recomendación del Consejo, ya que aumentan aún más la presión fiscal directa y por tanto las trabas al crecimiento del sistema fiscal español", resalta Bruselas.
El segundo desencuentro del actual Gobierno con los mercados fueron los Presupuestos Generales del Estado para 2012. 'Financial Times' los calificó de desconcertantes y extraños y cuestionaba la capacidad de alcanzar los 15.000 millones de ahorro planteados ante la dificultad de aplicar el ajuste en el gasto de los ministerios, la oposición del sector público a ver congeladas sus retribuciones y las dificultades para el Gobierno central de controlar el gasto de las regiones.
Asimismo, el diario señalaba que, desde el punto de vista de los ingresos, el Gobierno confía en recaudar unos 2.500 millones a través de una amnistía fiscal, y advierte de que no está claro si ese dinero acabará en las arcas del Estado.
Sin embargo, en esta ocasión sí que contaron con el apoyo de Bruselas.
 
Los últimos episodios se han visto esta semana. Por un lado, la negativa del presidente del Gobierno a emplear la palabra rescate en referencia al préstamo de 100.000 millones de euros destinado a recapitalizar a la banca española.
El último gesto de independencia por parte de Rajoy, que tensaría aún más la cuerda, ha sido la negativa de aplicar las sugerencias dadas por el FMI.
El organismo internacional pidió a España que subiera el IVA de forma inmediata y que aprobase también -cuanto antes- una nueva bajada del sueldo de los empleados públicos y privados. Además proponía la eliminación de las deducciones por vivienda y la privatización de empresas públicas.
Sin embargo, Rajoy descartó un incremento inmediato del impuesto sobre el consumo, así como la supresión de la deducción por vivienda, que habían recuperado tras llegar al poder en noviembre y que había sido suprimida para las rentas más altas por el último Gobierno socialista.
Esta actitud está generando mucha incertidumbre. Los mercados están descontando una intervención y una inyección de liquidez para España, ya que si no han logrado captar 100.000 millones de euros para la banca parece imposible que logren los 258.000 millones que España tiene que refinanciar en los próximos 18 meses
¿Por qué las elecciones griegas no han traído la calma a la prima de riesgo?
Porque la preocupación por el sector bancario español sigue estando muy presente. La falta de concreción de los detalles del préstamo de 100.000 millones a la banca española echa más leña al fuego.
Si en un principio la victoria de Samaras, al frente del Partido Conservador griego, podría tranquilizar a los mercados con la no salida de Grecia del euro, la situación que se está viviendo en los mercados es todo lo contrario. La rentabilidad del bono español con respecto al alemán ha superado la terrorífica barrera del 7%, umbral insostenible, y la prima de riesgo no encuentra techo en los 568 puntos, batiendo nuevamente récords. ¿Qué es lo que ha pasado?
En un principio, la victoria de Samaras, que ha despejado en parte, la incertidumbre sobre la permanencia de Grecia en el euro debería haber sido positivo, y los rumores de que Merkel relajará las condiciones impuestas al rescate griego podríanhaber sido positivos para España.
Sin embargo el problema no es Grecia sino las incertidumbres que rodean al rescate financiero español. En la reunión del G-20, España será objeto de debate y  además, la situación en España no ha cambiado: la semana pasada Moody´s bajó el rating de la deuda española a un paso del bono basura, lo que aleja inversiones de fondos en renta fija y variable, además, está previsto que  se revise el rating de las entidades financieras, sin contar que todavía se desconoce la ayuda final al sistema financiero y los informes de las auditorías.
"El problema son los bancos y cómo se va a manejar la deuda de particulares y promotores".
A este respecto, los nervios se han hecho muy evidentes tras conocerse que la morosidad del sistema financiero español ha escalado hasta el 8,72%, máximo nunca visto desde 1994. La noticia ha disparado las dudas sobre las necesidades de capital que necesitará la banca, justo en vísperas de que los auditores independientes hagan públicas sus valoraciones. Hoy corre el rumor por el mercado de que la cifra final podría rondar los 120.000 millones.  Pero la cifra da igual, lo importante es ver qué estiman los auditores y cuál es la desviación respecto a lo calculan los bancos.
El problema que se le presenta a la banca es que de los 310.000 millones de euros en deuda a promotores, unos 180.000 millones es de dudoso cobro pero solo la mitad de esta cifra estaría provisionada. Los números no salen y la factura podría ser demasiado alta, quizás incluso superior a los 100.000 millones de euros que componen la línea de crédito aprobada por Bruselas. Esto es lo que trae al mercado por la calle de la amargura.
Dudas sobre la ayuda a los bancos
La escalada del bono a diez años también tiene que ver con las dudas sobre la procedencia de la ayuda financiera que Bruselas ha concedido a España para apuntalar su sistema bancario. Si el dinero procede del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) este se convertirá en un acreedor preferente de España solo superado por el FMI. En este caso "si estás comprando un activo que puede estar subordinado frente a acreedores oficiales, eso le hace más arriesgado y hay que pagar una prima". Así, "el movimiento de los bonos españoles refleja esta posibilidad".

Cumbre del G-20
Habrá más dinero para que el Fondo Monetario Internacional asista a los países sin acceso a financiación, pero solo podrá usarse si se han agotados otras vías. Y la aportación de las potencias emergentes está condicionada a que culmine la reforma que les da más poder dentro del propio Fondo, cambios ahora bloqueados por la negativa del Congreso de EE UU.
Este es el paradójico resultado que arroja la cumbre del G-20 en Los Cabos (México), que se había marcado como prioridad resolver este asunto.
En un comunicado, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional se felicitó del resultado de las negociaciones, que se cierran con el compromiso de 37 países de aportar 456.000 millones de dólares (unos 350.000 millones de euros) en créditos bilaterales al Fondo. Son 26.000 millones más que lo comprometido en abril, gracias sobre todo a la aportación de las potencias emergentes.
Casi la mitad del dinero lo ponen los países de la zona euro, precisamente el área que integra a los países más susceptibles de necesitar ayuda ahora (España e Italia entre ellos), ante la creciente desconfianza de los mercados financieros. Pese a todo, en el comunicado del FMI, y en el que se prepara para cerrar la séptima cumbre del G-20, se especifica que estos recursos no están predestinados para ningún área en particular. Y que solo se utilizarán como “una segunda línea de defensa”, si otros recursos se agotan antes. Aún con esas cautelas, la capacidad de préstamo del Fondo casi se duplica, hasta rondar el billón de dólares.
El mercado no va a aflojar la presión sobre España, ni sobre Italia, hasta que se solucionen los problemas ‘macro’. Por eso el lunes la prima de riesgo española se disparó hasta los 575 puntos básicos y el bono superó el 7%. El mercado descuenta que el déficit español se va a incrementar en un entorno de bajo crecimiento económico. El rescate a la banca y que se gane tiempo en Grecia no van a solucionar este problema y lo que se espera es una intervención real de la economía de nuestro país.
De hecho, para los mercados hubiera sido mejor que ganaran los partidos más radicales en Grecia, porque eso “habría obligado a actuar de inmediato a todo el mundo y a tomar medidas drásticas, que ahora se van a aplazar, vamos a seguir a cámara lenta”. En realidad, todo el mundo espera que se le baje el rating a España hasta bono basura, ya que “la situación es insostenible y el mercado va a empujar para que nos rescaten de verdad y se adopten las reformas que el Gobierno no quiere tomar”.
Hasta ahora la atención se había centrado en el sistema financiero, su liquidez y su solvencia, y en la austeridad económica y fiscal. “Pero nadie ha dicho absolutamente nada sobre cómo se va a conseguir el crecimiento, no hay propuestas. Mientras no haya crecimiento y no haya crédito no se va a despejar el panorama.
Y es que tras el resultado de las elecciones griegas, lo que todo el mundo se pregunta es ¿y ahora qué? El resultado, no mejora la economía y la mayor preocupación del mercado es “que los legisladores europeos se relajen por estos resultados y levanten el pie del acelerador, lo cual conllevaría una decepción aún mayor”. Lo que se pide a Europa es una mayor integración fiscal y financiera.
En este contexto, España lo va a tener cada vez más difícil para financiarse y pese a la resistencia que ha mostrado hasta ahora el gobierno de Mariano Rajoy, “se apuesta por una intervención de las economías española e italiana”.
La clave está, por tanto, en cuánto tiempo puede aguantar España financiándose al 7%. De hecho, las comparaciones son odiosas y en este caso no iban a ser menos. Desde que España superó los 500 puntos básicos de diferencial con respecto al bono alemán, la pregunta del millón ha sido ¿cuándo llega la intervención?. Si bien es verdad que en los casos precedentes no se llegó a permanecer más de un mes en estos niveles antes de llevar a cabo el rescate, hay que tener en cuenta dos factores fundamentales.
En primer lugar, es verdad que la prima de riesgo se encuentra en niveles críticos -ayer llegó a acariciar los 590 puntos básicos-. No obstante, en el caso de los rescates de Irlanda, Grecia y Portugal, la rentabilidad del bono a diez años había superado el 8%.
Cuando Irlanda tuvo que pedir ayuda, el 21 de noviembre de 2010, la prima de riesgo se encontraba en los 512 puntos básicos, por debajo de donde se encuentra ahora la española, pero eso era así porque el bund alemán ofrecía un 3,176%, mientras que ayer cerró en el 1,4%. Por su parte, el riesgo de Portugal el 16 de mayo de 2011 cuando se formalizó el rescate se encontraba en los 658 puntos básicos, con el bono en el 9,7% y el bund en el 3,11%.
En segundo lugar, para que el rescate se pueda llevar a cabo, España tiene que pedirlo formalmente, algo a lo que se resiste el Gobierno de Mariano Rajoy porque ello supondría que Bruselas, el BCE y el Fondo Monetario Internacional -representados en la troika- impusieran unas condiciones y medidas de austeridad durísimas a España, como ha ocurrido en esos países.
En cualquier caso, la gran cuestión es si la Unión Europea dispone de los 700.000 millones que exigiría un plan de salvamiento masivo, tal y como expuso Luís de Guindos en la reunión de hace dos sábados cuando se aprobó el rescate de la banca.

 
Y ahora viene el Maquiavelo….

 
Y si se estuviera preparando Alemania con el FMI y los demás países para el rescate de España e Italia a la vez??
Porque se está aumentando el fondo de rescate del FMI??
Creo que está claro que a Alemania no le interesa romper el euro, exporta el 60% a Europa y con un nuevo marco alemán como divisa se pondría a una cotización que sus exportaciones mundiales caerían en picado aparte del impacto de las quitas en su inversión en Deuda Pública en los llamados periféricos y no tanto.
Por tanto si no puedo salir ……me monto un Club a mi medida.
Porque no se instrumenta el  autentico Banco Central Europeo?
Porque hace catorce semanas que el BCE no compra deuda periférica y permite que los mercados hundan mas a España e Italia??
Para cuando los Eurobonos????
Cuanto se tardara en instrumentar la Unión Bancaria Europea??
Y la unión fiscal??????????….y no digamos la política.
La cosa no es tan difícil…..que nos pide Europa????
 
  • los recientes aumentos temporales en los impuestos indirectos, introducidos el 30 de diciembre de 2011, van en la dirección contraria a la recomendación del Consejo, ya que aumentan aún más la presión fiscal directa y por tanto las trabas al crecimiento del sistema fiscal español
  • aplicar el ajuste en el gasto de los ministerios, la oposición del sector público a ver congeladas sus retribuciones y las dificultades para el Gobierno central de controlar el gasto de las regiones.
  • que se suba el IVA de forma inmediata y que aprobase también -cuanto antes- una nueva bajada del sueldo de los empleados públicos y privados. Además la eliminación de las deducciones por vivienda y la privatización de empresas públicas.
  • Rebajar las prestaciones de desempleo
  • Rebajar la temporalidad del desempleo.
  • Rebajar las pensiones.
  • Control de la Banca.
 
Y si no lo hacemos…………………….al final se van a enfadar…..por decirlo suave ……y no nos lo van a pedir, nos lo van a exigir.

 

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