Lamentamos sinceramente decirles que:
▬ han vivido por encima de sus posibilidades y van a pasar años de penalidades.
▬ reconocer que la banca es una de las grandes culpables de esta crisis, pero es intocable
▬ todos los problemas globales se resumen en uno, Europa.
La edición de 2012 del Foro Económico Mundial se cierra en Davos con esos tres lamentos a modo de resumen. La Gran Recesión se encamina hacia su quinto año y lo más probable es que ese no sea más que el ecuador de esta dura travesía.
Las respuestas más dispares que nunca: Obama ataca la crisis con estímulos fiscales y Merkel con sus recetas anticrisis, marcadas a fuego por la sobria austeridad alemana.
La canciller alemana inauguró la edición de 2012 de la cumbre con un mensaje claro: "Más Europa". Nada menos. Y nada más: frente a las informaciones que apuestan a que Berlín abrirá la mano en el fondo de rescate para fijar un cortafuegos contundente que mitigue la crisis de deuda, Merkel abogó por cumplir a rajatabla los deberes -la consabida austeridad, los recortes, las reformas- y no hizo una sola cesión a lo que todo el mundo le pide: más dinero y que mire para otro lado en lo relativo al Banco Central Europeo (BCE).
Unas horas antes George Soros y Nouriel Roubini, habían cargado con dureza contra el liderazgo alemán, que empieza a hacer daño en el sur (dura recesión en Grecia, problemas para Italia y España) y que castiga incluso en el centro, como demuestran las retiradas de la máxima nota de solvencia a Francia y Austria o el estancamiento de la propia Alemania. Europa está haciendo exactamente lo que se necesita para entrar en recesión: austeridad en la periferia, pero también en países con margen de maniobra como Alemania, Francia, Holanda, Finlandia.
Incluso el FMI viene diciendo que si todo el mundo hace eso a la vez el resultado será una recesión global. Europa debería empezar a hablar de crecimiento. Pero de eso no hay nada. Alemania no está por la labor.
Lo que vamos a ver a partir de ahora es un malestar social creciente.
Hay países que crecen a toda velocidad y áreas económicas sumidas en un letargo peligroso, con el Oeste estancado y el Este con ganas de comerse el mundo. Hay una mezcla de resignación y perplejidad, de expectativas y de confusión general.
Las medidas extraordinarias del Banco Central Europeo (BCE) han conseguido evitar una catástrofe y los dos últimos meses han sido un oasis de tranquilidad. A la pregunta de si ese paréntesis está aquí para quedarse, Europa cierra filas: son los recortes y las reformas lo que ha devuelto la credibilidad al euro, según la tesis de la canciller Angela Merkel, que repiten los demás países con una impavidez estupefaciente. "La UE es otro mundo respecto a hace solo unos meses", subraya el presidente del BCE, Mario Draghi.
"Las presiones se han relajado porque el BCE se ha puesto a imprimir dinero a toda velocidad, eso le da al sistema financiero tres, cuatro años de tranquilidad.
Pero los latigazos en los mercados van a volver. La UE necesita una nueva constitución, necesita convertirse en los Estados Unidos de Europa, necesita un salto adelante político que puede requerir ……..muchos años.
Esta es ya una crisis política y la solución política, de momento, es inadecuada: se impone austeridad y nada más, y el Sur no puede aguantar tres, cuatro años de recesión.
El miedo ha calado tanto en Asia que países como China están dispuestos a poner dinero. El mundo al revés: los emergentes al rescate, los anglosajones (epicentro de la crisis) dando lecciones. Pero ideas, pocas.
Una de las más lúcidas fue ayer la de la directora gerente del FMI, Christine Lagarde: "Reducir deudas es un maratón, no un sprint". "Hace tres años fue un error que el FMI recetara estímulos generalizados para países con problemas distintos, y ahora es un error esa oleada de austeridad que no tiene en cuenta las especificidades de cada caso".
¿Recado para Merkel?
Alemania echó a Berlusconi, condenó a los socialistas en España, ha conseguido imponer recortes salvajes a toda Europa.
Pero Alemania aún no ha hecho nada a cambio. El tren de la crisis europea se mueve ahora a cámara lenta, pero se mueve, y solo puede ir en dos direcciones: o el euro se rompe después de toda esta tortura de austeridad, y el zarandeo sería increíble, o los alemanes aceptan los eurobonos y el coste político que acarrean".
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